Como hemos visto el tratamiento con fármacos permite disminuir los síntomas, mejorar la capacidad de esfuerzo, disminuir las hospitalizaciones y prolongar la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardiaca. Pero existen otras muchas medidas que son igualmente beneficiosas y necesarias. En este artículo de Introducción y en los siguientes 6 artículos ofrecemos toda la información que necesita el paciente sobre "Otros tratamientos de la Insuficiencia Cardiaca".

El tratamiento de la insuficiencia cardiaca debe iniciarse siempre con la educación del paciente para que adopte un estilo de vida más saludable: cuidar la alimentación, realizar ejercicio físico frecuente y progresivo, abandonar los hábitos tóxicos (tabaquismo) y controlar los factores de riesgo cardiovascular (diabetes mellitus, hipertensión arterial, elevación del colesterol y otras grasas en la sangre).

Algunos pacientes con insuficiencia cardiaca pueden presentar arritmias ventriculares malignas con el paso del tiempo. Por ello se realiza una selección de aquellos pacientes que se pueden beneficiar del implante de un desfibrilador automático implantable: este dispositivo vigila el ritmo del corazón latido a latido, y de presentarse una arritmia maligna, aplica una descarga eléctrica al corazón para quitarla. Los resincronizadores cardiacos son dispositivos aún más complejos. Mediante la estimulación continua del corazón logran en ocasiones aumentar su fuerza de contracción, y prolongar la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardiaca.

La cirugía cardiaca juega un papel muy importante en el tratamiento de los pacientes con insuficiencia cardiaca, pues hay algunos problemas que sólo la cirugía puede resolver. Permite llevar la sangre a zonas del corazón donde las arterias se encuentran obstruidas, mediante los llamados puentes o by-pass coronarios. Cuando las válvulas del corazón enferman puede ser necesario repararlas o sustituirlas por prótesis mecánicas o biológicas. Otros tipos de cirugía, como la endoventriculoplastia de Dor o la cirugía de restauración ventricular se utilizan sólo en pacientes muy seleccionados.

El trasplante cardiaco es la única alternativa posible cuando la insuficiencia cardiaca se encuentra ya en una fase muy avanzada. No todos los pacientes pueden ser trasplantados, fundamentalmente por la escasez de donantes. Después del trasplante es necesario tomar una medicación inmunosupresora potente para evitar que se rechace el corazón nuevo, y deben realizarse revisiones de seguimiento periódicas en la Unidad donde se realizó el trasplante.

Existen otros tratamientos no farmacológicos. La angioplastia coronaria permite limpiar los acúmulos de grasa en el interior de las arterias coronarias. Para ello se inflan una serie de balones y se colocan una especie de muelles dentro de las arterias. Los corazones artificiales son aparatos que funcionan como bombas impulsoras de la sangre, de tal forma que permiten descansar al corazón o sustituirlo totalmente. La ablación por radiofrecuencia permite quemar zonas del corazón que están produciendo arritmias, de forma que podemos llegar incluso a curarlas. En una enfermedad valvular cardiaca, la estenosis aórtica grave (cuando la válvula aórtica no se abre bien), es posible colocar mediante catéteres una prótesis biológica en el interior de la válvula enferma (valvuloplastia aórtica percutánea); el uso de los catéteres evita la cirugía, aunque este tipo de tratamiento todavía no tiene resultados tan positivos como la cirugía convencional, y sólo se utiliza en pacientes que no pueden ser operados.

Finalmente, resaltar que para un correcto tratamiento de la insuficiencia cardiaca es siempre fundamental la colaboración del paciente.

En los 6 artículos siguientes ofrecemos una amplia información sobre "Tratamiento NO farmacológico de la Insuficiencia Cardiaca":