Los Inhibidores de la Enzima Conversora de Angiotensina o IECAs (captopril, enalapril, lisinopril, ramipril, perindopril, quinapril, entre otros) relajan las arterias, por lo que bajan la tensión arterial y disminuyen el trabajo que tiene que realizar el corazón para bombear la sangre.
Los pacientes deben tomarse la tensión arterial con frecuencia y apuntarlo en la hoja de control para que el médico pueda vigilar sus cambios. Los ARA II (candesartán, valsartán) son también fármacos muy útiles en la insuficiencia cardiaca.
Los IECAs han demostrado que aumentan la supervivencia (los pacientes que los toman viven más que los que no los toman) de los pacientes con insuficiencia cardiaca sistólica (con disminución de la contracción del ventrículo izquierdo), al mismo tiempo que disminuyen sus síntomas. Por ello, todos los pacientes con insuficiencia cardiaca sistólica deben tomar un IECA o un ARA II, salvo contraindicación o intolerancia. También son útiles tras un infarto de miocardio. En los pacientes de raza negra son, en ocasiones, mucho menos eficaces, por lo que puede resultar necesario usar otros fármacos alternativos.
En personas con enfermedades importantes del riñón puede estar contraindicado el uso de IECAs. Al empezar a tomarlos o al subir la dosis puede aumentar ligeramente la creatinina en la analítica, lo cual indica un empeoramiento de la función renal. Este empeoramiento si es leve suele ser reversible y no obliga a la suspensión del fármaco.
Los IECAs aumentan el potasio en la sangre, por lo que el médico puede solicitar analíticas cada cierto tiempo para controlar sus niveles y valorar la función del riñón. El paciente no debe tomar suplementos de potasio, alimentos ricos en potasio ni algunos sustitutivos de la sal (ya que tienen un alto contenido en potasio) si está recibiendo esta medicación.
Un efecto secundario típico de los IECAs es la tos seca. Son fármacos que bajan la tensión arterial, lo cual es beneficioso en los pacientes con insuficiencia cardiaca que además son hipertensos; en cambio, en los pacientes hipotensos o con tensión normal puede bajarles demasiado la tensión y notar síntomas de hipotensión (debilidad, mareo, etc.) lo que obligaría a bajar la dosis del fármaco o ajustar de alguna forma su administración.
Los Antagonistas de los Receptores de Angiotensina II o ARA II (candesartán, valsartán) son una alternativa a los IECAs. Han demostrado producir en el paciente los mismos beneficios: mejoría de la supervivencia y de los síntomas. Tienen como ventaja una menor probabilidad de producir tos seca. Su forma de actuación y sus efectos secundarios son similares a los de los IECAs.