En los paciente con insuficiencia cardiaca a consecuencia de un infarto de miocardio, o que tengan niveles de colesterol y/o triglicéridos elevados en la sangre, es necesario dar fármacos que sean capaces de disminuir la cantidad de grasa que circula por las arterias.
Estos fármacos son los fibratos, el ácido nicotínico, el ezetimibe y las estatinas (la atorvastatina, la simvastatina y la pravastatina, entre otros). Todos ellos actúan disminuyendo las grasas (colesterol y triglicéridos), también llamadas lípidos, que están presentes en la sangre.
La cantidad total de colesterol que hay en la sangre viene reflejada en la analítica bajo el nombre de colesterol total. Este se compone de dos partes principales: el colesterol LDL (low-density lipoprotein, conocido como colesterol malo) y el HDL (high-density lipoprotein o colesterol bueno). Otra grasa importante presente la sangre son los triglicéridos. El colesterol LDL o malo se deposita en las paredes de las arterias de todo el cuerpo, produciendo su estrechamiento y dificultando el paso de la sangre (por ello se le denomina malo). Cuando esto ocurre en las arterias coronarias puede ocasionar una angina de pecho; si es en las arterias que llevan la sangre a las piernas, dolor al caminar (lo que se llama "claudicación intermitente"); si la estrechez ocurre en las arterias que irrigan el cerebro, puede producirse un infarto cerebral u otras alteraciones neurológicas.
Los principales fármacos hipolipemiantes forman parte de una familia denominada estatinas (atorvastatina, simvastatina, pravastatina, entre otros). Éstos reducen los niveles de LDL o colesterol malo y aumentan los de HDL o colesterol bueno, por lo que retardan la formación de los acúmulos grasos en las paredes de las arterias. Las estatinas se administran a los pacientes que tienen niveles altos de colesterol, o incluso a pacientes con niveles normales, pero que ya han tenido algún episodio previo de enfermedad cardiovascular (por ejemplo, un infarto de miocardio), o factores de riesgo que favorecen su aparición (hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes).
Los fibratos, el ácido nicotínico y el ezetimibe se utilizan cuando no es posible emplear las estatinas o en combinación con ellas. Actúan reduciendo la absorción de colesterol por el intestino. Los fibratos son especialmente útiles cuando hay en sangre niveles elevados tanto de colesterol como de triglicéridos. Las cápsulas de aceite de pescado (pescado azul) pueden ayudar igualmente a controlar los niveles de triglicéridos.
Los efectos secundarios de los fármacos hipolipemiantes incluyen malestar general, síntomas gastrointestinales y dolor de cabeza. La toma de estatinas puede ocasionar la inflamación de los músculos (miositis), que se manifiesta por debilidad o dolor muscular, aunque este efecto adverso es raro. El médico realizará analíticas para controlar la función hepática, renal y muscular.