La insuficiencia cardiaca idiopática es aquella en la que la causa de la enfermedad es desconocida. Cuando a un paciente se le diagnostica de insuficiencia cardiaca es muy importante saber la causa de la misma. La enfermedad de las arterias coronarias y la hipertensión arterial son dos causas muy frecuentes, aunque hay otras.

En ocasiones, después de hacer muchas pruebas para conocer el origen de la enfermedad, no es posible saber qué es lo que la produce. En estos casos se denomina insuficiencia cardiaca idiopática (de causa desconocida). Hay muchos pacientes que la presentan.

Probablemente en un futuro con el avance de los conocimientos científicos lleguemos a saber cuál es el origen real de la enfermedad. Actualmente, sólo podemos especular sobre sus posibles causas: un virus, alteraciones genéticas desconocidas, etc.

Afortunadamente, el tratamiento farmacológico de la insuficiencia cardiaca es muy parecido independientemente de la causa. Por eso, estos pacientes deben recibir igualmente diuréticos (si tienen síntomas), betabloqueantes, IECAs o ARA II, y espironolactona o eplerenona. La diferencia es que cuando la causa de la insuficiencia cardiaca es conocida, ésta se puede intentar tratar: por ejemplo, limpiar las arterias coronarias para que el flujo de sangre recupere su normalidad. En la insuficiencia cardiaca idiopática la base del tratamiento son los fármacos, aunque también son útiles los dispositivos implantables (desfibriladores, resincronizadores) y otras medidas no farmacológicas (dieta, ejercicio, abandono de tóxicos, etc.).

Al igual que en el resto de las causas de insuficiencia cardiaca, en la de causa idiopática se puede realizar un trasplante cardiaco si ésta se encuentra en su fase terminal, aunque hay que recordar que no todos los pacientes se pueden trasplantar.